100 metros: Unidos por un destino en la pista atlética
Basada en el famoso manga Hyakuemu de Uoto, llegó a los cines la cinta de 100 metros el pasado 11 de diciembre, con la dirección de Kenji Iwaisawa.

Togashi es el mejor de su clase en correr los 100 metros, y su reputación como futuro atleta es de dominio público. Aun siendo un niño, Togashi ya sabe en qué consistirá su vida, y con su capacidad de concentración y disciplina nadie duda de él. Un atleta innato.
Sorpresivamente, un nuevo personaje llega a la palestra, Komiya es un niño tímido y retraído, el cual tiene serios problemas a la hora de socializar y por supuesto de correr. Sin embargo, los dos niños se unen en una especie de esfera maestro y aprendiz. Togashi le enseña a Komiya como debe mover y mejorar el movimiento de sus piernas al correr, y principalmente a utilizar su mente como una herramienta de apoyo.

La película comienza a tomar forma, y la amistad de ambos niños se profundiza. A pesar de ello, y por diferentes circunstancias, el destino los separa. Pasan los años y Togashi se cambia de escuela, hace nuevos amigos y sigue desarrollando su carrera como atleta, logrando estar entre los más famosos de Japón. En el caso de Komiya, la audiencia no sabe nada de él y su ausencia es notable siendo un personaje querido, íntimo y entrañable.
La audiencia estaba expectante, la cinta seguía, pero no había rastro de Komiya, y hasta ese momento, lo más emocionante venía siendo la amistad que estos dos personajes habían desarrollado ¿Realmente no iba a presentarse nuevamente? Probablemente muchos se preguntaron esto, debido a que, finalmente la pantalla enseña a un Komiya que ya no era un niño, si no que un adulto, y el público gritó y celebró de alegría. (momentos fascinantes en que un aglomerado de gente, la cual no se conoce, se emociona por lo mismo que vive el de la butaca vecina).

En una reciente entrevista con Animation Magazine, el director Kenji Iwaisawa señaló que en Japón casi no existen películas que tratarán sobre los 100 metros lisos, “la idea de abordar algo que nadie había intentado antes nos pareció increíblemente atractiva. El manga original era bastante sustancial, así que tuvimos que debatir cómo adaptarlo a la duración de la película, lo que inevitablemente requirió una reestructuración narrativa”.
Togashi y Koyima se reencuentran y nace una rivalidad, alterando la postura de cada personaje en la historia. Ahora los dos tienen las mismas aspiraciones, la victoria en los 100 metros. Esto genera una constante tensión en lo que queda de película, sumándole la última carrera, donde el nerviosismo se siente completamente real. Una secuencia que fue editada como si hubiese sido grabada con cámara en mano. Añadir además que durante todo el largometraje se utilizan distintos recursos audiovisuales que hacen aún más atractivo el anime, tales como la cámara en primera persona y utilización de otras animaciones como 2D y rotoscopia.

El director mencionó las dificultades que tuvieron como equipo al momento de construir las escenas de velocidad, «en la animación tradicional, correr se representa con poses de tres o dos fotogramas, pero correr a velocidades increíbles como las de un atleta es bastante inusual en la animación estándar (…) Me di cuenta de que un sprint a toda velocidad se mueve en fotogramas individuales, no en tres o dos. Cuando ves a atletas reales corriendo, son tan rápidos que da la impresión de que están acelerando. Así de diferente es la carrera de un atleta a la de una persona normal».
