HIM: Una pesadilla deportiva que no logra anotar touchdowns

La última producción de Monkeypaw y Universal Pictures, HIM, dirigida por Justin Tipping, aspira a jugar en la misma liga que los thrillers psicológicos con carga social y tonos aterradores que han definido el sello de Jordan Peele. Y había de dónde fomentar tal producción: el guion de Zack Akers y Skip Brinkie, incluido en la Black List de 2022 bajo el título original “Goat”, parece tener todos los ingredientes para una disección satírica del culto al deporte, la masculinidad tóxica y el sacrificio físico por la gloria.

La historia sigue a Cameron Cade (Tyriq Withers), un joven atleta destinado a convertirse en el próximo gran mariscal de campo tras el potencial retiro de su ídolo, Isaiah White (Marlon Wayans), leyenda de los San Antonio Saviors. Pero lo que comienza como una historia de superación deportiva se va transformando en una alucinación ritualista con transfusiones de sangre, corpóreos exuberantes, una secta de fanáticos deportivos y mucha violencia.

El giro hacia lo sobrenatural es tan abrupto como innecesario. Lo que podría haber sido una crítica potente sobre el sistema de explotación deportiva, el culto al atleta y la deshumanización del cuerpo termina convertida en un collage de ideas inconexas, más preocupado por el impacto visual que por la coherencia narrativa. De hecho, el mayor problema de HIM no es su ambición, sino su incapacidad de elegir el tono y las temáticas a tratar. ¿Es una sátira del sistema deportivo profesional? ¿Una alegoría sobre el adoctrinamiento masculino? ¿Un cuento de horror al estilo de Get Out? La película intenta ser todo eso a la vez, pero termina siendo nada en concreto. El resultado es una obra que ni asusta, ni conmueve, ni critica con contundencia. Las secuencias diseñadas para perturbar, como los ejercicios de entrenamiento violentos, las visiones alucinógenas u otros, se sienten más grotescas que significativas, y cuando el gore toma el control en el tercer acto, ya no queda tensión que liberar.

Marlon Wayas, en un rol sorprendentemente serio, entrega una actuación sólida y espectacular como el decadente Isaiah White, donde oscila entre mentor carismático y psicópata mesiánico con convicción. Tyriq Wither, por su parte, aporta verosimilitud física a su personaje, gracias a que el propio actor fue jugador de fútbol, pero carece del arco dramático necesario para sostener el peso emocional de la historia o para demostrar mayores dotes interpretativos. Cam lamentablemente parece más un vehículo para que la trama avance que un personaje con agencia propia o una vida definida previo a lo que se nos presenta en pantalla.

El resto del elenco queda igualmente desaprovechado, especialmente Julia Fox, quien interpreta a la esposa de Isaiah pero que parece sacada de otra película, o que quizás las implicancias interesantes de tal personaje se podrían haber desechado en la sala de edición.

En mejores manos (quizás con Peele en la silla de director) el largometraje podría haber sido una mezcla brutal entre Whiplash, Hereditary y Get Out, abordando el precio de la grandeza con ironía, terror y precisión. Pero en lugar de eso, tenemos una película de hora y media que hasta termina de perder su belleza visual cuando ciertas estéticas están forzadas en la trama o sobreusadas, como ocurre con las figuras enigmáticas de las mascotas de equipos o la vista de rayos X. Aunque, el equipo de producción y la fotografía aprovechan muy bien el entorno árido al recinto y los interiores perfectamente bien decorados, pero ni la atmósfera ni el simbolismo salvan a la película de la falla en su ejecución.

Finalmente, nos encontramos con una película más preocupada por el impacto superficial que por construir una narrativa coherente o un comentario social eficaz, aunque se puede notar una gran cantidad de buenas ideas entremedio de su relato fragmentado. Marlon Wayans destaca en un papel que es capaz de develar sus mejores atributos como actor fuera de la comedia, pero ni siquiera su compromiso logra elevar una cinta que juega fuerte, pero no anota puntos. Sin dudas, hay algo de potencial de parte de Tipping y su equipo de guionistas que trataron de innovar en el género deportivo, sin embargo queda mucho trabajo por delante para lograr en el futuro algo más memorable.

El 18 de septiembre de 2025 llegó HIM a salas seleccionadas del país, por la distribución de Andes Films.