Un dolor real (2024): pensamientos, reflexiones y comicidad del presente y sus antepasados.

La segunda película que convoca a Jesse Eisenberg en la silla de director y guionista (ahora también como protagonista), nos cuenta la historia de dos primos de ascendencia judía que viajan a Varsovia, capital de Polonia, para ser parte de un grupo turístico guiado a conocer diferentes monumentos y memoriales ligados a los acontecimientos más crudos de la Segunda Guerra Mundial.

Resumidamente, esta película cuenta con la destacada actuación de Kieran Culkin (nominado al Oscar en la presente edición), quién es el centro de reflexión, emoción y risas a lo largo de toda la película. Su personaje es el que se ve más inmerso en todos los sucesos de su narración, desde atribuciones simbólicas que la da a su alrededor, así como la particularidad que le da un tono especial a la historia.

En sus 90 minutos de duración (algo poco visto en películas de cine actuales), logra desprender un viaje inmersivo lleno de preciosos lugares en Europa, gracias a su espléndida cinematografía, así como una compresión al valor de la familia, personajes entrañables y los cuestionamientos del individuo entre lo que lo rodea y lo que antecede a su presencia en la tierra.

Una gran virtud del film es saber cuándo detenerse en esta especie de “Road Movie” a reflexionar sobre los dolores que aquejan a sus personajes y en la belleza de ser diferente al resto, pese a las adversidades que pueda generar en el entorno. Otro punto clave por el que esta película funciona adecuadamente es debido a su guión, dado que transforma conversaciones habituales y sencillas en una experiencia única para el espectador.

‘A Real Pain’ (2024) cuenta con 2 nominaciones para los premios de la Academia edición 2025:

Mejor actor de reparto para Kieran Culkin y Mejor guión original para Jesse Eisenberg

ESCRITO POR FELIPE RIVES @felipe.rives.